¡Au! Pegue un grito un poco suave, era mi hermano Cristian
de nuevo levantándome de golpe en mi habitación, le gustaba hacerlo porque
bueno siendo sincero eran las once de la mañana y el siendo un administrador en
un parque industrial le incomodaba que su hermano menor fuese un poco flojo,
bueno bastante flojo, era normal para mi saber que no era lo que esperaba del
resto, no es que estuviera decepcionado de mi desempeño ni nada por estilo, en
parte era todavía tenía confianza en mí ¿la razón?; aun no terminaba la
universidad lo que significaba que por el momento había esperanzas.
—Levanta que no es verano, o es que no piensas estudiar
—dijo mi hermano con desagrado pero algo nervioso —
—No es para nada ese tema, por el contrario, es que me toca
muy tarde, pero que haces acá, ¿es que solo disfrutas de despertarme?, no
tienes trabajo Cristian —pregunte sin reparo y mucho descaro.
—No es gracioso, estoy buscando unos papeles muy
importantes, tenían el título de folder 005, era de manila de color verde y
tenía una cinta que lo cubría por todo el lado izquierdo estaba dispuesto de
forma vertical, ¿lo has visto? De verdad que lo necesito — preguntó con una
expresión preocupada aunque forzosamente arrugaba el rostro para solo mostrar
seguridad — No para nada, no he visto algo así — respondí automáticamente.
Pues bien mi habitación no era muy grande a penas una cama,
un ropero pequeño, un depósito para mi ropa, un mueble donde estaba el
computador y una mesa donde estaba la foto de nuestros padres los cuales no
veíamos hace mucho tiempo, solo en ocasiones especiales llámese navidad,
cumpleaños y poco más; lo cierto es que también no solíamos tener visitas por
lo que si el documento era importante creo yo mi hermano un hombre muy
cuidadoso a sus treinta tantos años y este hombre que está parado en mí en
frente dice que no se dio cuenta de donde dejo sus papeles verdaderamente
importantes, entonces estoy en problemas, porque en nuestra dualidad como
compañeros de cuarto creo yo que sí él no era el responsable entonces estábamos
en una encrucijada algo vergonzosa.
—No puede ser, como es que has perdido tus documentos y
encima importantes —cuestione con cara de genio aguantado la risa.
—No, no hermano es que, recuerdas anoche, llegue algo
mareado, una fiesta ¿tú sabes?, se me paso — respondió con algo de inseguridad.
Entonces divague por unos momentos en el que me puse a
pensar: Joder, no puede ser, el señor responsabilidad y solo me lio con mi
novia hasta cuando nos casemos, estaba borracho ayer y estaba tan mareado que
olvido sus papeles importante, este es un momento épico, necesito una cámara
ahora mismo; alardeaba en mi cabeza casi sin control, tanto que desde fuera
solté una sonrisa, enseguida lo note me calle e intente ponerme de nuevo serio,
para poder seguir discutiendo, mientras mi hermano daba vueltas por mi
habitación, incluso se acercó más a mí y toco mi mesa de noche buscando,
después de pasar por mi ropa tirada por la habitación, si es que el deposito
casi 90% del tiempo era un adorno, mi hermano abrió mi mesa de noche y entonces
lo mire con detenimiento y el apenas lo noto, lo cual me pareció muy raro.
— ¡Hey! imbécil que crees que haces, quedamos en que no
tocarías nunca mi mesa de noche, y te lo dije no tengo tus papeles, que estas
sordo, o aun estas ebrio —preguntaba sin cara de mucho amor fraternal.
—Me importa poco tu regla, necesito estos papeles ahora
mismo —respondió mientras seguía buscando para solo toparse con condones y
lapiceros gastados.
Entonces me sentí muy extrañado, mi hermano que no era nunca
descortés conmigo a pesar de que yo era grosero con él, pues claro en algunas
bromas, me respondiese de esa manera me hizo sospechar de que verdad estaba muy
asustado y demasiado alterado para comportarse así, pues si bien yo lo he visto
muy ebrio, muchas de las veces era mi culpa, nunca estos cinco años que
llevamos viviendo juntos, Cristian no era de portarse de esa manera, es más
nunca se portó de esa manera hasta este preciso instante.
—Entonces porque se te ocurre buscar en este lugar, si
anoche no viniste, estuve despierto cuando llegaste, que por cierto no tenías
rostro de haber bebido mucho — le cuestionaba.
No me respondió, se movió a un rincón y prendió mi
computador, nuevamente era algo muy extraño de su parte, es más intente
recordar que había ocurrido anoche a ver si yo lograba recordar donde estaba
dichoso documento, pero no estaba seguro, lo que recordé con mucha claridad es
que mi querido hermano no estaba ebrio, incluso que se despidió en la noche de
mí con regularidad sin rastro de olor alcohol, me había mencionado de una
pequeña reunión mensual, pero era de socios por lo que de un vaso de café no
pudo haber pasado, entonces su historia no encajaba y de tan solo de pensar en
que mi hermano estaba actuando raro me hizo que me temblara las piernas, me
levante de mi cama, me puse las zapatillas dejando a un lado las mugrosas
pantuflas que detesto para decirle a mi hermano que de una vez se calme y vaya
a buscarlo en su habitación.
—Deja de mirar en mi computadora, para empezar que estas
mirando en la pantalla de inicio, o es que también olvidaste la contraseña,
genio — le dije con autoridad.
—Sí, lo olvide, puedes decírmela hermanito — me contesto.
Entonces eso me hizo sentir de verdad asustado, pues esa
computadora la contraseña había sido escogida por mi hermano, y era muy
sencilla era mi nombre Daniel, algo tan básico no era que alguien como mi
hermano olvidaría, menos porque esa computadora tenía un mes de haber sido
comprada, y era aún más extraño que lo olvidase en un lapso de tan poco tiempo,
era cierto que el no usaba mis cosas, pues él tenía su laptop, entonces mi
mente formulo algo de muy estúpido, tome uno de mis polos que estaba en el
piso, lo enrolle como si de una toalla mojada se tratase, como él estaba
sentado en el mueble donde taba la computadora, me acerque tranquilamente, le
tire el polo y lo comencé ahorcar no tan fuerte pero si con firmeza, entonces
se giró y con una mirada casi asesina se abalanzo sobre mí, tumbándome sobre mi
ropa sucia y atacándome, pero el sí muy fuerte, intento tomar mi cuello y hacer
lo mismo que yo solo que sin el polo y con una mirada de furia y descontrol.
—Ya conoces la verdad, eres acaso un maldito espía de Tec.
Corp. Si eres igual que tu puto hermano, con la fachada de no tengo idea, ah
responde desgraciado —
Con sus manos en mi garganta y sin muchas posibilidades,
opte por algo muy desesperado le patee donde llegaba a duras penas mis piernas,
en la parte baja de su estómago, no debió dolerle mucho pues cuando conseguí
apartarme de ese hombre, que por sus palabras parecía no ser mi hermano, aunque
físicamente era idéntico con la misma barba afeitada, el rostro ovalado, y las
orejas algo grandes, de la misma contextura física, un hombre normal, de talla alta pero
atlética, aunque no muy fuerte, pero este tipo no, este que ahora se sacaba la
máscara y decía no ser mi familia era muy fuerte tanto que todavía me dolía mi
cuello.
—De que carajos hablas, no tengo idea, Tec. Corp. de donde has sacado eso, por lo visto no eres
mi hermano, pero entonces, quien puñetas puedes ser tú, porque te pareces a él,
responde —terminaba gritando para dar énfasis a mis palabras.
—Uhm... no tienes idea, de lo que te acabas de meter, tú y
tu hermano están metidos en algo de verdad jodido, más él que seguro ya ha de
ser un cadáver, ahora seguirás tú — decía con voz temerosa el prototipo de mi
hermano, de su saco sacaba una pistola, una nueve milímetros con silenciador, y
lo sabía muy bien pues paso mucho tiempo jugando en mi computadora.
Cuando vi el arma hice lo que cualquier humano haría en mi
posición, intentar sobrevivir, como me sentía con mucha adrenalina dado lo que
estaba pasando, vi todo de manera pausada, como si el mundo aguardara mi
respuesta, pero no era mucho peor que eso, el resulta fue de lo más inesperado,
como estaba tumbado en el piso, tome mi estúpida pantufla que casualmente por
el ajetreo termino junto a mí, la arroje apuntando a su rostro que para mi
suerte acerté como nunca antes, pues si mi ropa estaba toda tiraba era porque
yo era un poco malo en reflejos, tal vez era porque ahora mi vida estaba en
juego, el tipo disparo a varios lados sin atinarme, aunque estuvo cerca su
última bala de ese cargador callo a unos centímetros de donde estaba mi
mano, pero bueno no resulte herido, no
por ahora, aguarde unos segundos y vi como el humo salía de la pistola además
de que el tipo se sobaba el ojo, mirando que vacío su cargador, se puso a
recargar mirándome con mucho desprecio, pero no quería falla esta vez el
maldito por lo que se estaba acercado de manera veloz y contundente, pero yo me
estaba preparando, esta vez le respondí con mi puño en un golpe muy fuerte,
tanto que se le cayó su recarga.
—Mocoso estúpido, pierdo mi tiempo — dijo con cara de
indignación para luego marcharse abriendo la puerta de mi habitación.
Con leves pasos me asome a la puerta, no podía
creer la escena que se plasma ante mí, toda la casa estaba revolcada, cada cajón cada maldito rincón estaba hecho un desastre, removido hasta la angustia,
sea que lo que ese documento tuviera era muy importante, pero lo que realmente
me preocupaba al punto de la desesperación era saber si mi hermano, el
verdadero, estaba bien, aunque la situación estaba poniéndose tensa, veía como
el sustituto estaba por la puerta aún con la mirada de desprecio. No, esto aún
no termina, iré detrás de este malnacido y veré que oculto mi hermano durante
este tiempo, espero que ese sustituto sepa.
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